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miércoles, 21 de abril de 2021

La azalea, las tres claves para sus cuidados.

Como ya vimos en el blog las camelias nos marcan el inicio de la primavera pero otra planta ornamental típica del final del invierno y principios  de primavera es la azalea.

 La azalea es una planta  rustica, arbustiva, originara de Japón con una floración muy abundante y duradera, puede empezar a florecer a finales del invierno hasta bien entrada la primavera. Está formada por hojas verdes y tallos semi leñosos. La flor más común es de color blanca  aunque gracias a los productores  de plantas que generan híbridos podemos encontrar flores de otros colores e incluso con dos colores diferentes. Se puede reproducir mediante esqueje, cortamos un tallo de unos 15 cm y lo enterramos en tierra manteniéndolo en un lugar seco e iluminado y sustrato húmedo. Si queremos asegurar un poco mas su éxito podemos usar hormonas. La mejor época es a finales de primavera. 

La azalea es una planta que se puede dar bien tanto en interior como exterior ya sea en maceta o directamente en el suelo. Pero si queremos tener éxito debemos de tener en cuenta tres factores muy importantes: Luz, suelo y riego.

Luz

La ubicación deber de ser siempre en zonas de sombra, nada de sol directo. Sitios frescos y bien ventilados. Precisa de mucha humedad, se puede rociar sus hojas pero evitar mojar las flores. Según se vallan estropeando sus flores es conveniente retirarlas para evitar la aparición de moho. 

Suelo

Como las hortensias y camelias, la azalea precisa de un suelo acido. En el agua del riego podemos añadir un chorro de vinagre, o abonar con granos de café ya usados para evitar que el pH del suelo suba. El suelo tiene que estar suelto o esponjoso, para que el agua pueda llegar bien a las raíces. No es necesario abonar con frecuencia, con un abono de lenta liberación  sería necesario.

Riego

La azalea requiere de abundante riego, el sustrato tiene que estar siempre húmedo, en los meses de más calor el riego debe de ser diario. Se recomienda regar por inversión con un plato y no retirar el agua sobrante, como solemos hacer con la mayoría de las plantas. Evitar mojar las flores en el momento del riego para no facilitar la aparición de moho y pudriciones. 

 Por último, cuando termine el periodo de floración es recomendable realizar a la planta un buena poda, y si la tienes en maceta hacer un trasplante a una maceta mayor.

En este enlace te dejamos unos sencillos consejos para el cuidado de tus plantas en los meses de primavera y verano.


Gracias por leer hasta el final. Si tienes alguna duda sugerencia o critica no dudes en comentar, los blogs nos alimentamos de comentarios, y si me sigues pues mucho mejor.